Existe una especie de hechizo que inunda la sala de un teatro cuando hay una función de ballet o cualquier tipo de danza. La próxima vez que tengas el placer de asistir a una función, toma un par de segundos para ver las caras del público asistente.
Lo que encontrarás es una cantidad de rostros en un estado de éxtasis, contemplando a los bailarines sin siquiera atreverse a pestañear.
Como especie, aprendimos a expresarnos con nuestros cuerpos antes que con nuestras cuerdas vocales. Por miles de años, la danza fue nuestra forma de expresión de sentimientos negativos y positivos. Esos recuerdos han quedado en nuestro cerebro reptiliano, la parte primitiva del cerebro que ha permanecido inmóvil por cientos de miles de años.
Es por ello que la danza y la música son las expresiones artísticas que más alegran al espíritu, pues su comprensión no obedece a idiomas, culturas o edades.
La danza en 10 pasos
A pesar que la danza es una de las expresiones artísticas más antiguas de la humanidad, aún existen muchas curiosidades que permanecen ocultas para muchas personas.
1. Es genética
El planeta tierra tiene 7.000 millones de personas. No existe un sólo ser humano en la faz de la tierra que no tenga la capacidad de bailar.
Incluso, según un estudio de la Universitat Autónoma de Barcelona, personas con serias discapacidades intelectuales y/o físicas, han experimentado reacciones a nivel cerebral, al observar a bailarines ejecutando una danza.
La capacidad de bailar y reaccionar ante la danza, se encuentra en nuestro cerebro primitivo y estimula el cerebro límbico, el encargado de las emociones.
2. Puede sanar
La danza se ha aplicado con éxito como tratamiento terapéutico para pacientes con lesiones medulares posteriores a eventos cerebrovasculares, traumatismos, ICTUS y otras afecciones.
El éxito de la danza como parte del tratamiento de rehabilitación física, consiste en la combinación de dos elementos importantes: la motivación e involucración de los grupos musculoesqueléticos del paciente.
3. Involucra cuerpo y mente
La práctica de la danza, estimula de igual manera a mente y cuerpo. El esfuerzo que realiza el cerebro en seguir el compás de la música, en coordinación con el cuerpo y el equilibrio, estimula partes del cerebro como el hipocampo, la corteza premotora y el lóbulo frontal.
4. Es antiaging
La danza contribuye directamente en la producción de antioxidantes cerebrales, mantiene estimulada la corteza cerebral y los dos hemisferios cerebrales. Sin contar con la estimulación positiva que genera el movimiento en la masa muscular y esquelética.
5. Mejor que el crossfit
Durante 1 hora de baile se pueden quemar entre 200 y 600 kilocalorías. Esto supone un gasto superior al mismo tiempo en cualquier otra actividad física como el crossfit, la bicicleta o incluso el running.
¡Además que es mucho más divertido!
6. Es para todos
No hay límites físicos, mentales, raciales, sexuales, etarios o de cualquier otra naturaleza que impida bailar.
¡Cualquiera puede bailar! Desde un lento vals a una super movida salsa, todos los ritmos tienen beneficios y son igual de divertidos.
7. Solo para humanos
Los seres humanos, somos los únicos seres vivos en la naturaleza que podemos compaginar el ritmo de la música y asociarlo a un movimiento voluntario acompasado.
A pesar que hemos antropomorfizado movimientos animales como danza, en realidad, el cerebro humano es el único bendecido con esta gran capacidad.
8. En monos es mejor
Los monos de baile han probado ser la mejor vestimenta para practicar la danza. Son elásticos y ayudan a la transpiración cutánea. Es la ropa ideal para la práctica diaria y los ensayos.
9. Un antidepresivo natural
La danza estimula la producción de neurotransmisores como la serotonina, norepinefrina y dopamina. Estos neurotransmisores bloquean la acción del cortisol y otros químicos que están asociados con estados depresivos.
10. Es gratis y es universal
No necesitas nada para bailar, ni siquiera música. Dos palmas son suficientes para producir los beats necesarios para que tu cuerpo sienta la necesidad de moverse al compás.
No se necesita ser un bailarín para bailar, de hecho, no se necesita ni siquiera hacerlo bien. Los beneficios para la salud de cuerpo y espíritu no necesitan de la ejecución de una coreografía perfecta, solo que el cuerpo se mueva y que el espíritu se alegre.
La danza es un bálsamo para el alma, panacea del cuerpo y el esperanto: el lenguaje universal.
Donde sea que podamos mover nuestro cuerpo y dejarnos seducir por el ritmo de nuestra música preferida, debemos hacerlo. Hacerlo como preparación para un duro día cada mañana, es una excelente manera de comenzar el día.
Como liberador del estrés del trabajo cada noche, es la mejor manera de eliminar las cargas emocionales y físicas antes de dormir. Como sea, donde sea y con quien sea, ponte la ropa de baile y… ¡A bailar!