EL TANGOTango. (Cor.: Probablemente voz
onomatopéyica) m. Fiesta y baile de negros o de gente de pueblo
en algunos países de América. Baile argentino, difundido
internacionalmente, de pareja enlazada, forma musical binaria y
compás de dos por cuatro. Música de este baile y letra con que
se canta.
El origen de la palabra tango es incierto y
seguramente la polémica no cesará jamás. La palabra tango parece
ser proveniente del léxico bozal, propio de los negros
americanos traídos como esclavos desde África. Entre ellos tango
era un lugar cerrado donde se reunían, para bailar y divertirse
principalmente, y tango por extensión eran todos los bailes allí
encontrados.
Posteriormente ya en América, tenemos en el
idioma quechua tambo que también significa lugar de baile. En
Bolivia, tambo es una taberna-tienda rural cercana a las
pulperías mexicanas donde se come, bebe y canta. Incluso puede
provenir de una deformación de tambor aunque la percusión no sea
propia del ritmo tanguero. Tango o tanguillo era una forma del
cante flamenco gaditano y también se llama así actualmente a
una música cercana a la habanera. El tango brasileño de hoy en
día tiene características predominantemente rítmicas. El tango
danzado es esencialmente el del Río de la Plata.
El primer tango conservado es de 1874 ‘El Queco’
(o quilombo, burdel). Todos estos primeros tangos se bailaban,
más que cantarse o tocarse, en los burdeles de chinas próximos a
los cuarteles, de aquí sus inicios de prohibición y llenos de
chulería, cargados de notas sexuales, mayoritariamente sólo por
hombres que vivían al margen de la ley.
El bandoneón, instrumento emblemático del tango,
fue inventado en Alemania por Band. Era conocido en Brasil a
mediados del siglo XIX y fue llevado a Argentina por militares
en alguna de las muchas guerras ocurridas en ese siglo en el
Cono Sur.
BUENOS AIRES.
A partir de 1870, Buenos Aires sufre rápidos
cambios demográficos, urbanísticos e industriales. Pasa de
180.000 habitantes en 1869 a 1.300.000 en 1910. En 1871 el 10%
de la población muere de fiebre amarilla. La mitad de la
población es inmigrante: españoles de Asturias y Galicia,
italianos del Sur, de Oriente Próximo, judíos de Europa Central
y Rusia, etc. En su mayor parte son hombres solteros. Crecen los
barrios marginales proletarios (arrabales), las barracas, los
caserones convertidos en conventillos colectivos. Se genera un
gran mercado de prostitución, se calculan unas 30.000
prostitutas hacia 1900.
Argentina pasa a ser una sociedad urbana
olvidando la sociedad rural colonial, con un crecimiento
económico sostenido, fuerte inmigración y mestizaje cultural,
estable políticamente, hasta 1930. El tango es el arte callejero
propio de esta sociedad, folclore urbano pero lleno de mitos
rurales (el gaucho). Una de las pocas cosas que une a esos
inmigrantes desarraigados o la sociedad tradicional criolla en
desaparición.
INICIOS.
Inicialmente se tocaban melodías anónimas,
improvisadas, deformadas, con algunos pasos de baile
sobrepuestos a cualquier pieza bailable. Poco a poco estos pasos
se fueron determinando: el ocho, la sentada, la media luna, la
corrida, el llevarla dormida, el corte, la quebrada… Los
bailarines danzan apretados, inexpresivos, entreverados, con la
mitad superior del cuerpo rígida, en un baile íntimo y
reconcentrado que no se entiende como un espectáculo. Al
principio era bailado también por parejas de hombres, que
chuleaban haberlo aprendido en esos ambientes delincuentes.
El tango es pues música propia de círculos
herméticos, llenos de contraseñas, apodos y jerga. Tan sólo en
1901 se bailará por primera vez en un teatro. Creada por de
autores anónimos y con formas imprecisas en sus comienzos. El
primer tango cantado versificado y con autor conocido es ‘Mi
noche triste’. Todos estos primeros tangos abundan en el tema
prostibulario, con claras referencias sexuales cuando no
pornográficas.
En la última década del s. XIX el tango va
perdiendo su carácter rufianesco y se incorporan a él la clase
obrera y media baja, apareciendo un tango más trabajado en su
música y coreografía, e incluso con influencias literarias en
sus letras. Se comienza a cantar en los cafés o academias
(público masculino y servicio de mesa femenino) previos a las
juergas en burdeles, donde se baila el tango con estas camareras
o milongueras. Los organilleros lo diseminan por las esquinas de
la ciudad. Protagonistas de esta época son: el pibe Ernesto
Poncio, el matón Eduardo Arolas, Ángel Villoldo, Manuel
Campoamor, …
El tango pasa a ser pieza fundamental en el
Carnaval bonaerense, en los sainetes y espectáculos
revisteriles. En las varietés lo cantan tonadilleras al estilo
español y lo recitan presentadores de espectáculos. En 1913 se
graban los primeros discos de tangos y otros aires pampeanos (el
dúo Gardel-Razzano graba sus primeros discos en 1914).
El baile prohibido por razones de moral y buen
gusto en Buenos Aires llega y triunfa en París por su encanto
canalla y exótico, perverso, al gusto del decadentismo
modernista. El tango llega a Europa por los contactos con
Marsella (dado el abundante tráfico de blancas y los fumaderos
de opio en ambas orillas) a comienzo del s. XX. Pronto aparecen
en París las primeras academias de tango. Llegan orquestinas
argentinas, bailadores, bandeonistas, cantores.
LA GUARDIA VIEJA.
Mientras en Buenos Aires y a principios de siglo
surgen los primeros músicos profesionales del tango, aunque
pocos se ganan la vida exclusivamente con el tango. Son de
orígenes sociales modestos, inmigrantes y proletarios. Tocaban
de oído y tenían rudimentarias nociones de música. Aparecen poco
a poco pequeños grupos estables. Son tríos o cuartetos con:
guitarra, clarinete, bandoneón, arpa, violín, flauta,
piano…Aunque la orquesta típica de la Guardia Vieja será:
violín, piano, bandoneón y contrabajo. Los conjuntos sitúan un
director que fija el repertorio y el estilo, y que da nombre al
grupo. Los intérpretes pasan a ser habituales y casi
profesionales.
Pronto, al estilo de París, se instalan cabarés
en zonas poco pobladas y luego incluso en calles importantes del
centro pero protegidas por arboledas. Allí acuden los señoritos
bien de Buenos Aires, acompañados por sus mujeres y por
extranjeros, principalmente franceses. Estaban el Armenonville,
Lo de Hansen, El Tambito, Royal Pigalle, Petit Salon, Elysée,
…Los jóvenes bonaerenses imitan a los franceses con la cocó
(cocaína) y la morfina.
Gracias al cabaré las orquestas y los cantantes
de tango reciben buena paga, se profesionalizan, pierden ese
aire marginal y son aceptados parcialmente entre la buena
sociedad. Sus letras aluden a personajes y objetos de la vida
cotidiana del barrio. Esta primera generación forma la Guardia
Vieja del tango. Nacidos entre 1880-1890 y que disfrutaron de
fama en las dos primeras décadas del siglo XX. Ellos son:
Agustín Bardí, Augusto Pedro Berto, Francisco Canaro, Roberto
Firpo, Vicente Greco, Juan Maglio, …
LA GUARDIA NUEVA.
Ente 1912 y 1930 son los años locos de Buenos
Aires: cierta estabilidad política, crecimiento económico
(gobiernos radicales con el caudillo Hipólito Yrigoyen), ley de
Sufragio Universal, etc. El tango logra entonces su esplendor.
La Guardia Nueva intenta modernizar las formas. Son creadores
nacidos aproximadamente con el siglo. La orquesta típica es el
sexteto con dobles violines y bandoneones, lo que permite
mayores variantes rítmicas, solos, contrapunto entre voces.
Ellos formalizan la estructura musical y abandonan las
improvisaciones (frente al jazz), … Los músicos son
profesionales de gran preparación académica, visten esmoquin,
adoptan una grave compostura, son aceptados totalmente por la
sociedad completa.
Aparecen los solistas, expertos de cada
instrumento. Grandes bandeonistas de la época: Osvaldo Fresedo,
Pedro Maffia, Pedro Laurenz, Ciriaco Ortiz, Anselmo Aieta,
Enrique Pollet, Carlos Marcucci, etc. Pianistas que tocan para
ser oídos y no para bailar: Enrique Delfino Delfy, José María
Rizzutti el Bacancito, Francisco de Caro, Juan Carlos Cobián,
Lucio Demare, Ángel Massini, etc. También violinistas: David
Roccatagliata Tito, Elvino Vardaro, o Agesilao Ferrazzano.
De esta época destacan también grandes músicos
del tango, que además de compositores y buenos solistas
organizaron orquestas, sextetos principalmente, de larga vida
que renovaron y modernizaron el tango cantado e interpretado.
Todos ellos realizaron giras por Europa, Sudamérica y Estados
Unidos. Por su larga trayectoria cambiaron en numerosas
ocasiones de composición, integraron diferentes instrumentos y
ensayaron todo tipo de variaciones. Merecen destacarse dentro de
esta nómina: Julio De Caro (que compuso ‘Buen amigo’, ‘Guardia
Vieja’, ‘Mala pinta’), Osvaldo Fresedo (‘Vida mía’, ‘Pampero’,
‘Si de mí te has olvidado’) o Juan de Dios Filiberto
(‘Caminito’, ‘Quejas de bandoneón’).
LOS LETRISTAS.
Del mismo modo a partir de 1918 surgen los
letristas especializados. En general, eran hombres del teatro,
autores de revistas y sainetes, guionistas de cine, aunque
también provenían del mundo de la poesía de vanguardia (del
modernismo especialmente).
El tango cantado se convierte en una breve
historia monologada, de pocas estrofas, con dos coplas y dos
estribillos. Los personajes suelen repetirse estereotipados: el
hombre abandonado, la fugitiva, la chica de barrio entregada a
la vida ligera, el moribundo que recuerda una vida vana llena de
placeres, la honrada pobreza frente a la abundancia del
bacanaje, las juergas con sus peleas, el viejo chulo arrinconado
y olvidado, la mujer fatal, etc. La urbe representa la tentación
y el vicio, frente a la pureza de la vida campesina, tesoro de
virtudes criollas.
Las letras son dramáticas o sentimentales,
aunque también las hay irónicas o grotescas. Es frecuente la
actitud quejosa: el mundo es injusto, egoísta, sórdido, pero
nada se puede hacer por mejorarlo. Se rechaza la movilidad
social: el pobre es bueno y la riqueza corrompe, la búsqueda del
placer es culpable. Los conflictos que aparecen son íntimos y
privados, no se alude a circunstancias sociales concretas. Las
familias del hombre del tango no están normalmente constituidas:
se nota la ausencia del padre, la madre es sin embargo la
viejita sufrida, callada y comprensiva. Su relación no suele
pasar por el matrimonio; el tanguero no se casa: tienen eterna
noviecita virtuosa que aguarda en casa o una aventura con una
mujer fatal que le arrastra a su perdición. Ellos tampoco
trabajan y viven para el café y la juerga de Carnaval, puesto
que el triunfo social solo viene de la componenda o la
corrupción.
Grandes letristas de la época son: Pascual
Contursi (‘Mi noche triste’, ‘De vuelta al bulín’, ‘Bandoneón
arrabalero’); Celedonio Esteban el Negro Flores (‘Margot’, ‘Mano
a mano’, ‘Corrientes y Esmeralda’); Francisco García Jiménez
(‘Que siga el corso’, ‘Ya estamos iguales’, ‘Tus besos fueron
míos’); Mario Battistella (‘Melodía de arrabal’, ‘Sueño
querido’); Enrique Cadícamo (‘Aquellas farras’, ‘Garúa’); Manuel
Romero (‘La canción de Buenos Aires’, ‘Haragán’, ‘Tiempos
viejos’, ‘Aquel tapado de armiño’).
LOS CANTANTES DEL TANGO.
A partir de los años veinte, aparecen los
primeros cantantes solistas en revistas de cabaré o acompañando
al cine mudo. La radio y el disco contribuyeron a crear la
imagen del cantor de tango, con un fraseo más reflexivo e
intimista. Las cantantes de tango o cancionistas tuvieron un
papel estelar en estos locos años veinte que presentaba una
nueva imagen de mujer liberada, con letras menos graves y más
picaronas (Azucena Manzani, Paquita Bernardo, Tita Merello, Iris
Marga, Ana Luciano Davis Tania o Libertad Lamarque).
Entre los hombres están: Ignacio Corsini,
Alberto Gómez, Agustín Irusta, Roberto
Fugazot, Agustín Magaldi, Francisco Fiorentino, Pedro Noda, …
CARLOS GARDEL.
Gardel es la figura del tango más conocida
mundialmente sesenta y tantos años después de su muerte. La
población argentina le rinde devoción, y en el cementerio
porteño de la Chacarita, ante su estatua de bronce tamaño
natural (el bronce que sonríe), se le cantan y recitan tangos a
la vez que se colocan cigarrillos encendidos entre sus dedos. Su
biografía es oscura pues el mismo Gardel alimentó el misterio y
la ambigüedad ante sus orígenes y su vida privada, rematada para
más inri con su muerte en accidente en lo más alto de su
popularidad.
Nacido en Toulouse en 1890 como Charles
Romualdo, hijo natural de doña Berthe Gardes. Emigra su madre a
los dos años a Buenos Aires. Allí tras unos pocos años de malos
estudios trabaja de aprendiz en cualquier oficio. Mientras,
escucha a payadores callejeros, sesiones nocturnas de los
teatros trabajando como tramoyista y los encuentros corales en
el Abasto. Al cantante aficionado de entonces se le conoce como
el Morocho del Abasto, que interpreta música folclórica de la
llanura o canciones románticas.
En 1911 conoce a José Razzano el Oriental con
el que forma diversos grupos con diferentes instrumentistas con
los que recorre la provincia de Buenos Aires. Desde 1913 forman
dúo empezando a actuar en el cabaré Armenonville (Sueldo: 70
pesos por noche. Respuesta de Gardel: ”Decíles que por 70 pesos
por giorno lavamos hasta los platos”). Graban para la Casa
Columbia. Actúan con grupos de teatro y en todo tipo de fiestas
de la buena sociedad, por toda Argentina, Uruguay, Brasil, … En
1917 el dúo graba para el sello Nacional, en cuyas grabaciones
empieza a aparecer paulatinamente como solista hasta desaparecer
totalmente Razzano, cuya voz chillona no era apropiada para los
métodos de grabación de la época.
Poco a poco se desvincula de Razzano y comienza
una carrera en solitario, centrándose en el tango aunque no
exclusivamente pues grabó y cantó todo tipo de estilos de su
época. Gardel interpretó su primera película en 1917. Además, el
dúo visita Europa de gira en 1923. Pero en 1925 se separa
totalmente de Razzano y realiza nuevas giras por Europa en
solitario. En una de ellas se hizo hincha del F.C. Barcelona y
entabló amistad con Samitier, al que cantó un tango dedicado al
jugador. En Barcelona, por aquella época se editaban tres
revistas especializadas en el tango: El Tango de moda,
Tangomanía y el Tango popular. ‘Buenos Aires’ es composición de
un manresano, Manuel Jovés.
Ya en la cima de su fama el Zorzal Criollo vive
en París y Nueva York desde 1930, donde graba cine sonoro.
Aunque sus problemas económicos debidos a deudas de juego y
ruinosas inversiones así como una cierta decadencia de su voz
para las actuaciones en directo le hacen volver a Sudamérica.
Desde 1932 graba discos intensamente, interpretando cine
también. La carrera cinematográfica de Carlos Gardel consta de
once películas, realizadas entre 1917 y 1935. En 1935 muere en
un accidente de aviación en Medellín (Colombia) cuando regresaba
de una gira. Los funerales posteriores en Montevideo y Buenos
Aires fueron multitudinarios.
Gardel codifica el tango moderno, fija sus
normas de interpretación, de fraseo o dicción. Su biografía, más
propia de un tango, se identifica con el arte del que es
intérprete destacado. Saboreó el éxito y no tuvo que conocer el
inevitable efecto del tiempo en su voz. Por su trágica y
temprana muerte su figura se mantiene en la memoria de los
aficionados agrandándose con el tiempo: “Gardel cada día canta
mejor”.
DESPUÉS DE GARDEL.
Tras la Depresión de 1929 el ambiente social y
económico de Buenos Aires cambia radicalmente, por supuesto a
peor. Se suceden conflictos sociales y dictaduras, escándalos
financieros, mafias y corrupciones varias. Tiempos de estrechez
económica. El pesimismo fatalista se instala entre los
creadores, recuerdos melancólicos amargados de tiempos mejores.
Enrique Santos Discépolo es el autor por
antonomasia de esta era. Compone ‘Chorra’, ‘Cambalache’, ‘Esta
noche me emborracho’, ‘Malevaje’, ‘Confesión’, ‘Infamia’, ‘Yira,
Yira’, etc. Discépolo encarna la visión desencantada, la queja
sobre la inexistencia de valores y la constancia de una
fatalidad hacia el mal que rige los designios humanos.
Por otro lado, algunas orquestas ensayan con un
tango más rítmico apropiado para los bailarines. La radio y el
cine nacional argentino reviven viejos éxitos tangueros. Por
estas películas folletinescas pasan en los treinta todas las
estrellas del tango.
En los cuarenta la neutralidad ante la 2ª Guerra
Mundial asegura un auge económico y un cierto interés
nacionalista por lo vernáculo. El tango recibe un nuevo empuje,
acompañado por los estilos campestres, como el candombe o la
milonga. El tango se reafirma y renueva, tanto en música más
bailables como letras más literaria y menos lunfardescas. Son
creadores de épocas anteriores cuyos estilos cristalizan ahora:
Osvaldo Pugliese (‘Yumba’, ‘Recuerdo’, ‘Cardo y malvón’) uno de
los pocos tanguistas de explícita filiación política – comunista
-; Carlos Di Sardi (‘Milonguero viejo’, ‘Nido gaucho’); Ángel
D’Agostino, Miguel Caló, el cantante Ángel Vargas, el violinista
Enrique Mario Francini, los bandeonistas Armando Pontier o
Leopoldo Federico, el pianista Osmar Maderna, el orquestista
Mariano Mores (‘En esta tarde gris’), etc. Aníbal Troilo Pichuco
(‘Garúa’), Horacio Salgán y Alfredo Gobbi son nombres destacados
desde los cuarenta. A partir de esos años, Astor Piazzolla asuma
la mayor influencia en la renovación del tango, a través de los
instrumentos electrónicos o el acercamiento al jazz.
Los letristas de corte muy literarios de esta
época son: Homero Manzi (‘Malena’), Cátulo Castillo (‘La última
curda’, ‘Silbado’), José María Contursi Catunga (‘Mi tango
triste’), Homero Expósito (‘Percal’, ‘Corrientes’).
A partir de este momento, la lista se haría
interminable, y no es intención de estas pocas líneas sino
acercar un poco el tango a los aficionados, para picarles la
curiosidad e incitarles a nuevas lecturas.
VOCABULARIO.
El lunfardo es el argot o germanía de la calle y
medios delincuentes de Buenos Aires, mezcla de dialectos
europeos, voces indígenas y bozales. Su nombre deriva de lunfus,
ladrones. También se le llama lenguaje canero. Esta es una
pequeña lista de palabras comunes en las letras de los tangos.
Albañal: barrio obrero y marginal.
Amurar: abandonar.
Apiantar: acobardar.
Apoliyar: dormir.
¡Araca! : ¡atención!
Atorrante: vago, gamberro.
Bacán: hombre rico y elegante.
Baqueano: el hombre experimentado en alguna disciplina.
Berretín: capricho, obstinación, fantasía.
Boliche: chiringuito.
Bulín: reservado, pieza privada.
Cachar: sorprender a uno en su delito.
Cachafaz: sinvergüenza, pícaro, quien oculta y disimula
su verdadera faz.
Cafisho (o canfinflero): el verdadero rufián, de
indumentaria ostentosa demostrando enriquecimiento súbito.
Camándula: pequeña mafia.
Canchero: experto, conocedor.
Carpeta: habilidad y destreza en el trato con los demás.
China: prostituta de origen aindiado.
Chiqué: cursi, falsamente elegante.
Chueca: torcido, desviado.
Chumbiar: herir con el chumbo o bala.
Cinchar: trabajar esforzadamente, pero también, engañar.
Cocoliche: el español mal hablado por los inmigrantes de
otras lenguas.
Compadre: matón, guardaespaldas, dado a la mala vida,
siempre cerca de la pendencia a cuchillo y el desafío.
Convento (o conventillo): casa de vecindad o corrala,
inquilinato.
Corso: verbena callejera del Carnaval.
Cotorro: recinto reservado, coto.
Cumparsita: pequeña comparsa o chirigota.
Encanado: detenido, preso.
Engrupido: engreído, engañado.
Esquena: espinazo.
Fané: pasado de moda, ajado.
Farabute: buscón.
Farra: juerga, parranda.
Flojo: cobarde, abúlico.
Fulero/a: malo.
Garufa: juerga, holganza.
Gavión: avión, pájaro.
Gil (o compadrito): quien imita a los rufianes, viste
bien y no trabaja pues lo mantiene una mujer.
Grela: mujer.
Jailaife: el bien vestido.
Kermesse: verbena.
Laburo: trabajo.
Lora: prostituta de origen criollo o europeo.
Malevo/a: propio del arrabal, barriobajero.
Manyar: reconocer, darse cuenta.
Marchanta: parroquiano, clientela.
Mate: infusión hecha con una hierba amarga de la zona
subtropical.
Maula: traidor.
Metejón: enamoramiento.
Milonga: mentira; también, música folclórica del Río de
la Plata.
Mina: mujer hermosa.
Mistonga: pobretona, cutre.
Morfar: dormir; por extensión, morir.
Morocha (o morucha): morena.
Mucamo/a: sirviente.
Otario: incauto, pardillo.
Paica: mujer de la vida.
Papa: (patata) mujer hermosa.
Patota: la panda, la basca.
Patotero: juerguista habitual y escandaloso.
Payador: cantante callejero que improvisa versos y canto
normalmente de carácter campesino.
Pebeta (de pibe): chavalita.
Percal: Tela barata de algodón para vestidos de mujer.
Percanta: mujer.
Pilcha: Prenda de vestir pobre o en mal estado.
Pollera: falda.
Potrero: solar.
Prontuariado: que ha sufrido la aplicación de las Leyes.
Pucha: puta.
Quilombo: burdel.
Rezongo: queja, gruñido, refunfuño.
Saco: chaqueta, americana
Shusheta: niño pijo.
Taita: rufián, cuchillero, matón.
Yira: ramera, buscona.
Yugar: trabajar.
Zorzal: aves comunes cantoras; también, hombre astuto y
sagaz.
Fuente:
http://members.tripod.com/tinti/tango.htm